domingo, 21 de marzo de 2010

Ángeles y demonios


La comunicación de masas va dirigida a una audiencia amplia y heterogénea de una forma pública para llegar rápidamente a una gran audiencia. En este caso hablaremos del mass media por excelencia, como es la televisión. Podríamos decir que es el más mediático de ellos, y como en primeras líneas he explicado, en numerosas ocasiones la programación que emite no tiene ningún tipo de objetivo social en concreto, sólo el mero hecho del entretenimiento e, incluso en ocasiones, deja de aportar valores o acciones positivas a la sociedad. Por ello, me gustaría realizar una pregunta para desarrollarla y relacionarla con ejemplos pertenecientes al medio televisivo:

¿Cúales son las funciones que debería realizar la televisión y cuáles son las necesidades sociales que satisface? En primer lugar, encontramos la función de la vigilancia, que es lo que conocemos como la circulación de noticias, que aporta conocimientos de interés para todo el mundo. En segundo lugar, la correlación, que, también relacionado con la anterior se refiere a la comunicación entre los integrantes de la sociedad y las reacciones que provoca al entorno social. En tercer lugar, la transmisión de cultura y valores de la propia sociedad para el correcto funcionamiento y progreso de ésta. En cuarto y último lugar, el entretenimiento empleado simplemente para distraer a la gente, sin tener en cuenta los efectos que pueda causar.

Todas estas funciones del medio deberían servir para crear conocimiento y noticias de interés general para enriquecer la cultura y el conocimiento de la estructura social pero, en ocasiones, esto no sucede así y, sobre estas funciones se crea el efecto contrario, a partir de este momento, hablamos de disfunciones. El objeto de las disfuncionalidades, en la gran mayoría de los casos, por parte de las cadenas es darle a la sociedad lo que quiere ver y, así, aspirar a ser líder en audiencia.

Tomamos como ejemplo de ello el caso del programa “Mujeres, hombres y viceversa”, conocido popularmente y, sobre todo, por el público joven. En febrero acaparó la atención de más de 1.050.000 telespectadores anotando un 18,1% de share, dato que supone un incremento de 1,2 puntos de cuota respecto al pasado mes de enero (16,9%) y que sitúa en 6,7 su cuota media hasta alcanzar un 24,8%. Este programa de encontrar pareja a mi parecer, un tanto patético, de forma indirecta y por boca de sus protagonistas mediante gritos, insultos y comportamientos que dejan mucho que desear, entre numerosos ejemplos, atentan contra los valores de respeto conocidos para el correcto funcionamiento de las relaciones sociales. Estas conductas no son un buen ejemplo para la audiencia, que en gran parte es un público joven aún por formarse. Esto no sirve de buen ejemplo y crea un efecto negativo a este receptor, que puede interferir en su correcta educación, respeto y transmisión de valores. Este reality, es un modelo de entretenimiento puro que descuida su finalidad positiva para la sociedad y llega a ser un mal ejemplo puesto que puede causar efectos negativos para los receptores (sin respeto no se puede llevar a cabo una correcta relación social). Como conclusión decimos, que este reality de la cadena “Telecinco”, puede aportar consecuencias perjudiciales sobre los comportamientos sociales.

Casos totalmente diferentes son los programas “Hermano mayor” y “Ajuste de cuentas” del canal “Cuatro” no tan conocidos como este anterior. Sus objetivos son realizar a las personas y ayudarlas. En ambos, se intenta que un pequeño sistema consiga encontrar un entendimiento social y una estabilidad. El primero de ellos, por medio de Pedro García Aguado, antiguo campeón olímpico que tras superar su calvario con las drogas, ayuda a chicos con problemas sociales y de respeto a realizarse como personas y les enseña a relacionarse bien con su colectivo.

El segundo, ayuda a familias a organizarse económicamente de una forma correcta para salir de un momento de crisis y/o deuda financiera y así poder tener una buena armonía familiar. Ambos programas tienen una finalidad positiva para un segmento de la sociedad y, además crea efectos positivos para su audiencia. Por desgracia, estos programas no suelen tener una gran audiencia para crear una buena realización de las personas. En cambio, programas como “Hombres, mujeres y viceversa” son por los que la sociedad se decanta.

Estos ejemplos extrapolados (Mujeres y hombres y viceversa vs Hermano Mayor y Ajuste de cuentas) pueden crear consecuencias de incertidumbre sobre las futuras y apropiadas conductas en la evolución de las relaciones sociales pero, como decíamos al principio, las audiencia de forma indirecta son elegidas por la sociedad y, los mass media, emiten lo que queremos ver, por ello, podríamos decir que, en ocasiones, nos encontramos con disfuncionalidades tanto sociales como de los medios, en este caso, el televisivo.

http://www.youtube.com/watch?v=240eJKgB3T8

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