domingo, 25 de abril de 2010

¿Maniquís humanos?

Los medios de comunicación pretenden dirigirse al mayor número de audiencia posible. Como venimos haciendo desde que “inauguramos” el blog, continuaremos de medio con mayor repercusión social dentro de los medios de comunicación de masas, la televisión.
En este caso, y tras estudiar los elementos más importantes de la teoría crítica trataremos de analizar algún ejemplo a partir de esta metodología y tratar de responder a algunas preguntas que se nos pueden plantear.
¿Realmente las diferentes cadenas y programas de televisión se centran en la emisión de noticias para que la sociedad tenga conocimientos de ello o tienen algún objetivo o interés no reconocido por ellos mismos?
Para contestar a esta pregunta, en este caso, nos centraremos o ayudaremos con un elemento que ejercen las cadenas o programas en la sociedad según la teoría crítica. En numerosas ocasiones o, mejor dicho, de forma continua e indirecta las cadenas utilizan herramientas para ejercer poder y ser líderes en audiencias y, así, conseguir ejercer una dominación cultural al mayor número de personas posibles. Dicho así parece un poco extraño, pero es aquí cuando interviene la relación política-medios de comunicación. A las cadenas les interesa realizar un tipo de información no enteramente objetiva para marcar opiniones, con esto consiguen encaminar a un gran público hacia un tipo de pensamiento o ideología en concreto. Este hecho comentado queda reflejado en la teoría antes comentada. Y es aquí cuando podemos comenzar a responder a la pregunta realizada anteriormente. Marcuse, continuador de esta teoría en una etapa más cercana a la nuestra, decía que “la cultura de masas” (los medios de comunicación) intenta construir un ciudadano homogeneizado al servicio del consumo (en nuestro caso el liderazgo de audiencias de programas, series, reality-show…) de la industria (la televisión). Con todo esto queremos llegar a que a la televisión y ayudándose de temas políticos, económicos o sociales les interesa crear una opinión pública general y, una vez creada un tipo de ideología o opinión, así se crea una dependencia del receptor para creer sólo lo que ve en el medio y así ellos (las cadenas) pueden llegar a conseguir que su share y audiencias de los diferentes programas de las cadenas sea el más alto.
En ese momento, la televisión se convierte ya no en un arte, sino en un producto que crea opinión para obtener beneficios. Un ejemplo de todos estos elementos comentados es el programa, “El Intermedio” programa presentado por el gran Wyoming. Este programa cuenta con la característica de ser llamativo porque tiene y juega con los toques humorísticos, y mediante estos matices ingeniosos, captan a un gran número de público. Además, este programa se apoya en la política mediante posición a favor/en contra de determinados partidos políticos para crear opinión, ganar su propio “target” diciéndoles lo que quieren oír y así beneficiarse de estos hechos (y así crear una opinión pública general como antes hemos dicho). Programas de este tipo como también “Se lo que hicisteis” o “Sálvame”, este último con una gran cuota de pantalla superando siempre el 16%, no permiten crear una opinión pública sino imponerla. El éxito comentado anteriormente del programa “El Intermedio” de la Sexta se puede traducir en números puesto que desde que se “fundara” el 30 de marzo de 2006, este programa cuenta, hasta ahora, con una cuota de pantalla o share de 7,1% llegando al 11% en alguna ocasión y 1376.000 espectadores consiguiendo superar a su rival de la franja de horaria televisiva, “El Hormiguero”.
Pasando a otro tema, me gustaría mencionar algo relacionado con los telediarios de diferentes cadenas, puesto que en ellos también se nota un cierto control y emisión de noticias no objetiva para dirigirse al público, y es su relación con los temas políticos y sociales. Esa información emitida deberías ser objetiva para que la opinión pública se formara mediante el debate de diferentes puntos de vista o la reflexión de uno mismo y, no por medio de la “imposición” o encaminamiento de ciertas cadenas televisivas. Con ello, y como ya hemos mencionado buscan el efecto liderazgo encaminado a un sector en concreto y, atentan contra la libertad informativa.

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